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Salzburgo: tres miradores

Estos días de mercadillos navideños he tenido la oportunidad de volver a recorrer los dos montículos que envuelven Salzburgo, con sus tres miradores. No me han descubierto nada nuevo, pero me han recordado que unos son mejor que otros (según qué busquemos).

Fortaleza de Hohensalzburg

Vista desde la fortaleza. /SALZBURG FESTUNG

Vista desde la fortaleza. /SALZBURG FESTUNG

La mayoría de viajeros que persiguen una panorámica de Salzburgo desde las alturas suben aquí. Bajo mi punto de vista, si lo que queremos es inmortalizar la ciudad de la sal en toda su dimensión, es un gran error. Subir a la fortaleza a hacer fotos desde las alturas nos excluye del campo de visión uno de los elementos más singulares de Salzburgo: el mismo castillo, pues fotografiando desde este nunca lo vamos a poder tomar.

Además, es el único de los tres miradores al que no se puede subir si no se paga. Algo más de once euros si ascendemos en el cremallera y ocho si lo hacemos a pie. Eso sí, el precio incluye la entrada a las dependencias de la fortificación medieval, que con sus casi mil años de historia bien merece un paseo.

Si lo que se pretende es visitar el fortín por dentro o disfrutar de los Alpes, al otro lado de la ciudad, entonces sí merece la pena y mucho pasar por caja.

Para usar el ferrocarril hay que tomar el camino que sube al Mönchberg desde Kapitelplatz. A los pocos metros aparece la estación. Los que suban caminando han de seguir por la misma vía hacia arriba hasta la puerta del bastión.

www.salzburg-burgen.at/en

Museo de Arte Contemporáneo

Vista desde el museo

Vista desde el museo

Lo de este mirador próximo al de la fortaleza, en el mismo Mönchberg, es una solución intermedia. Los más perezosos pueden alcanzarlo sin esfuerzo, previo pago de 3,4 euros por un ticket de subida y bajada en ascensor, mientras que los que gustan del esfuerzo pueden encaramarse libremente a pie.

Las vistas son fantásticas, con la ciudad histórica de Salzburgo a nuestros pies y Hohensalzburg al fondo, flanqueándola. De fondo el río Salzach y el Kapuzinerberg.

Si nos quedamos con ganas y disponemos de mucho tiempo, se puede visitar el museo local de arte contemporáneo –Museum der Moderne–, pues esta azotea es en realidad su terraza. Si tenemos solamente algo de tiempo, se puede descender caminando a través de la montaña y la antigua muralla.

Para llegar hasta el ascensor desde el centro hay que cruzar toda la Getreidegasse, calle principal del Altstadt, e ir en busca luego de la Gstättengasse. Una gran puerta en la roca nos avisa del acceso al museo y con ello al balcón panorámico. A pie, se llega por la abadía de los agustinos en el oeste o bien, más rápido, subiendo las escaleras que parten desde las casas de los festivales.

www.salzburg.info/de/anreise_verkehr/oeffentlicher_verkehr/moenchsberg_aufzug

Kapuzinerberg

Vista desde la montaña de los capuchinos

Vista desde la montaña de los capuchinos

En realidad Salzburgo estuvo dotada de dos fortificaciones, una a cada lado del río. En el extremo norte se halla la segunda de las mismas, abadía a su vez de los capuchinos.

Para alcanzarla, y las magníficas vistas que regala, hay que salir del centro, cruzar el río y seguir por la Linzer Gasse. A las primeras de cambio nos aborda un arco y una empinadísima cuesta, la que nos conduce a nuestro destino. No hay otra vía.

Una vez arriba, bajo mi punto de vista, la vista panorámica más completa de Salzburgo, con el centro histórico íntegro, tras el sinuoso Salzach y con la fortaleza y el Mönchsberg en segundo plano. Al fondo, los Alpes. Es decir, todo.

Como contra, el sol de cara nos dificulta tomar la foto desde aquí durante las horas de más luz.

www.salzburg.info/en/sights/nature_in_the_city_of_salzburg/mountains_in_the_city_of_salzburg/kapuzinerberg

Salzburg. El museu de la ciutat

Tot i ser una ciutat, i més encara al centre històric, abocada per complet al turisme, tinc la sensació que la majoria de visitants que passen per Salzburg ho fan amb la idea de passejar, comprar i, com a molt, visitar la catedral, la casa natal de Wolfang Amadeus Mozart i la fortalesa de Hohensalzburg. Segur que n’hi ha que arriben amb la idea de gaudir dels festivals de música, les antigues mines de sal, els llacs o els escenaris de la pel·lícula de Somriures i llàgrimes, però no abunden aquestos viatgers que hi volen anar més enllà. Ho tinc comprovat de fet, un parell de dies per setmana com passe per Salzburg.

En qualsevol cas i com que tinc temps, jo sí que m’he proposat escarbar-la i porte unes setmanes explorant aquells atractius de la ciutat que no arriben al turisme majoritari. Alguns d’ells sorprenentment, per tan cèntrics i a la mà del viatger com estan. L’altre dia fou el torn del museu de la ciutat, ubicat des de 2007 en la Nova Residència dels prínceps arquebisbes de la ciutat de la sal.

Nova Residència. /MUSEUM SALZBURG

Nova Residència. /MUSEUM SALZBURG

Tot i que vaig preguntar identificat com periodista, el cas és que no em van donar xifres de visitants al museu, pel que tinc que quedar-me amb que durant la visita a aquest espai que encara fa olor a nou no em vaig creuar amb més de cinc o sis persones, mentre el carrer anava ple de turistes asiàtics càmera de fotos en mà.

Una llàstima, perquè l’enfocament del museu em va semblar molt nítid, quasi diria una presa de contacte fonamental per a saber en realitat què va ser Salzburg durant els seus primers dies des que va encetar el comerç de la sal, què fou en l’Edat Mitjana i com ha esdevingut en el que és ara, a partir de la integració en l’Imperi Austrohongarès a l’any 1816.

Sobre aquestos darrers dos-cents anys, fantàstica la col·lecció de paisatges que mostren com la ciutat barroca va acabar convertint-se en una espècie de ciutat museu, idíl·lica, denominada com Arcàdia alpina.

Abans però fou destacada seu eclesiàstica i comercial, convertida en la Roma germana a partir dels segles XVI-XVII i amb un important grau d’autonomia dins del Sacre Imperi Romanogermànic fins la caiguda del mateix amb les guerres napoleòniques. Temps de prínceps arquebisbes i figures com la de Wolf Dietrich von Raitenau, en bona part impulsor de la ciutat barroca que hui és Salzburg.

Princeps arquebisbes, al museu

Princeps arquebisbes, al museu

Organitzada en tres pisos amb exposicions temporals i tot tipus d’objectes històrics, la Nova Residència acull a més un segon espai de museu dedicat a la peculiar obra panoràmica de Sattler, com també el carrilló, visitable una vegada al dia en grups organitzats.

*Nota per al viatger
El museu de la ciutat de Salzburg obri de dimarts a diumenge de 9 a 17 hores. El preu de l’entrada general és de set euros, tot i que hi ha diversos descomptes. Alguns festius especials roman tancat. Tanmateix, el museu panoràmic no està inclòs en el preu. Informació més detallada al web del museu, o bé a la pàgina web turística oficial.

Amb alguns xicotets matisos, aquest post en espanyol al blog Sombras de tinta fa una aproximació breu a la història de Salzburg: Historia de Salzburgo.

La ola de surf en el canal… Alm de Salzburgo

A base de volver y volver (por razones de trabajo), me estoy empezando a poner a fondo con Salzburgo. Hay mucho camino por recorrer y prefiero hacerlo a mi aire. El otro día, releyendo el libro 111 Orte in Salzburg, die man gesehen haben muss (111 lugares de Salzburgo que deben ser vistos) algo me llamó especialmente la atención.

Siguiendo la estela de una de las atracciones turísticas más curiosas y celebradas de la pariente mayor que es Múnich, recomendaban una visita al canal Alm para conocer la ola de Salzburgo y su grupo de surferos. Como no venía indicada la dirección, ese mismo día y en mi tiempo libre me acerqué a la oficina de turismo en busca de información sobre la ola del canal Alm, la Almwelle.

Lo más divertido fue comprobar que en la oficina de turismo no sabían de qué les hablaba! Al preguntarle, la dependienta primero se rió, luego tecleó en el buscador de su PC y al final se quedó con la boca abierta: en efecto, desde 2011 existe una ola de surf en Salzburgo que, por lo que parece, no conocen (muchos) ni en su pueblo. Más tarde he podido saber, por cierto, que la ola cuenta con el patrocinio del mismo Ayuntamiento.

Tras abortar la visita aquel primer día, en mi siguiente excursión de domingo a la ciudad y dado el paseo de rigor entre iglesias barrocas y chocolatinas con la cara de Mozart, ayer aproveché una vez más las tres horas de tiempo muerto en Salzburgo para introducirme un poco más. Como hacía sol, me puse manos a la obra y crucé el centro histórico, Nonntal y Gneis. A cinco kilómetros del Altstadt resultó estar la jodida!

De hecho, la encontré por casualidad, después de pasear y cansarme de hacerlo junto al precioso Almkanal. Por el camino, preciosas casas unifamiliares con sus jardines, encasilladas entre el prado y el mismo canal de aguas cristalinas. De fondo, majestuoso el Untersberg y los que le siguen (Alpes) camino de Berchtesgaden.

Unas señoras octogenarias en paseo vespertino, curiosamente fueron las que me terminaron de indicar la ubicación concreta de la ola. A ellas les pregunté por la posibilidad de bañarse en el Alm en verano y confirmaron que, no solo es posible nadar, sino que también hay quien hace surf. No andaba lejos de ello.

Al final, no se si por el inusual buen clima de esta última semana de octubre pero terminé encontrando a un grupo de media docena de chavales surfeando ante la mirada de unos pocos curiosos. Sinceramente, no pensaba ver a nadie en el lugar, por lo que llegué desprovisto de cámara. Los grabé un rato con el iPad y tomé un par de instantáneas con mi viejo teléfono.

Uno de los chicos me comentó que son un grupo de varias decenas de personas y que en verano han llegado a juntarse allí un centenar con la idea de pasar un buen rato y refrescarse. Cuanto menos, curioso.

Almwelle

Almwelle

*Nota para el viajero:
La ubicación exacta de la Almwelle es el Heinrich-Meder-Weg, en el distrito salzburgués de Gneis, al sur. Para llegar desde el centro hay que seguir la Berchtesgadner Strasse hasta los límites de la ciudad en dirección Eichet. En la Weidenstrasse hay que girar a la derecha. La distancia del centro histórico es de 5 km aprox. Esta es su web: www.almwelle.com. Normalmente está mucho menos concurrida que la ola del Eisbach en Múnich, por lo que no hay garantía de encontrar surferos.

Diari de mercadets de Nadal (II): un dia a Salzburg

Fortalesa de Hohensalzburg des de la Kapitelplatz

Fortalesa de Hohensalzburg des de la Kapitelplatz, junt al mercat nadalenc de Salzburg

Tenda de boles de decoració a Salzburg

Tenda de boles de decoració a Salzburg

Si tinguera que escollir un mercadet de Nadal al sud d’Alemanya i Àustria triaria el de Salzburg. És el que més m’agrada de tots i és el que menys greu em sap visitar. No és que la resta no em resulten atractius, però -supose que serà de tants que en visite com guia- comence a afartar-me’n.

Directament i amb molt de respecte, tenint en compte la gran quantitat de gent que viatja des d’Espanya a cosa feta, els trobe sobrevalorats. I és que un Christkindlmarkt a la plaça del poble és un lloc encantador, visualment atractiu i sovint original, on és possible viure allò del White Christmas en la pròpia carn, que al cap i a la fi significa que fa un fred que pela i que no duraràs més de tres quarts d’hora seguits al carrer. També és un mercadet on tot va tan car que és molt poc probable que acabes comprant res, si de cas menjant-te una llonganissa i bevent un vi calent mentre els dimonis se t’emporten per dins -ja siga per qüestions tèrmiques o pel preu que has pagat-.

En qualsevol cas, em reafirme: si n’he de triar un per a una excursió de dia complet eixe és el de Salzburg. D’una banda tenim les paradetes, en la línia de tot allò que trobem a tot arreu: boles per decorar els arbres de Nadal, centres de taula orgànics, joguets clàssics, roba tradicional, etc. El que no tenim en cap altre lloc és la ubicació del mercadet al voltant d’una catedral com la de Salzburg, amb tot de palaus barrocs i la fortalesa medieval de rerefons.

Joguets al mercat nadalenc de Salzburg

Joguets al mercat nadalenc de Salzburg

Christkindlmarkt de Salzburg a la catedral

Christkindlmarkt de Salzburg a la catedral

És més, en el cas més que probable que el mercadet nadalenc ens acabe saturant o els fred ens puga, sempre ens queda l’oportunitat de fer una visita convencional a la ciutat. En este sentit, la mateixa catedral i les esglésies de Sant Pere i franciscana no haurien de faltar en aquesta passejada, que pot incloure la casa natal de Wolfang Amadeus Mozart al mateix centre de la Getreidegasse -carreró comercial al que no cal que convide a ningú a passejar; tot corre per allà-.

Mozartkugeln al mercadet nadalenc de Salzburg. Això no falta en tot l'any

Mozartkugeln al mercadet nadalenc de Salzburg. Això no falta en tot l’any

Els amants de la fotografia i les vistes panoràmiques poden pujar a la fortalesa o al mirador del museu d’art contemporani. Els costarà de 12 a 3 euros, segons l’elecció. De bades es pot fer alguna cosa pareguda, si no més original, creuant el riu i caminant costera amunt a la muntanya dels Caputxins des d’on es veu tot el centre històric des de les altures, amb la muntanya Untersberg al fons. Si la neu remata el paisatge, tot plegat pot esdevindre inigualable als ulls d’un mediterrani.

Poca cosa més es pot fer en una visita d’unes hores a Salzburg. Segurament parar a menjar alguna cosa. En eixe sentit tres recomanacions pensant en l’hivern: la novíssima pizzeria l’Osteria, que just acaba d’arribar a la ciutat; la cèntrica cerveseria Zipfer, més que correcta, o bé el desenfadat Afro Cafe.

‘Weihnachtsmarkt’ a Salzburg (i Munic)

(18/12/2011) Estimada germana,

t’escric esta breu postal des de Salzburg, on hem vingut a passar el diumenge. Per molt que la vam visitar en estiu, aquell dia l’estada va quedar en no res, ja que vàrem coincidir amb una tromba d’aigua enorme. Hui tot ha sigut completament diferent. Sí, fa molt de fred, estem per davall de zero graus i de tant en tant les boires porten algunes volves de neu, que més que preocupar-nos ens animen l’excursió. Ja sabíem de la bellesa de Salzburg per la seua ubicació i pel seu patrimoni històric, però hui, en ple desembre, hem gaudit especialment amb el mercat de Nadal, que ocupa un parell de places al centre històric.

Estic del tot convençut que vos haguera encantat passar el matí amb nosaltres, ací i hui, rodejats com estem per un ambient nadalenc i tirolés tan especial. Este mercadet, com els que hi ha a Munic, el munten cada Advent i està salpicat de parades on comprar artesania i elements de decoració nadalencs.

També hi ha a la venda arbres de Nadal i molts llocs per a menjar alguna cosa típica al carrer – et pots imaginar, llonganisses, creïlles farcides, Bretzel o dolços. Per a posar a to el cos, la majoria de la gent, com també hem fet nosaltres, substitueix la cervesa pel Glühwein, vi calent amb espècies.

Just acabem de dinar, ho hem fet al temps que escoltàvem cantar un cor de cambra a les portes de la catedral. Ens queda un colp de vi calent mentre vos escric estes línies i ara mateix començarem la retirada, ens espera el tren de retorn cap a Munic ens uns minuts. Un bes i un abraç molt fort a tothom, ens veiem en uns dies per a celebrar junts el Nadal.

Més informació (sobre els mercats de Nadal a Munic)
Al llarg dels últims dies hem visitat pràcticament tots els Weihnachtsmarkt o mercats nadalencs que hi ha a Munic. En realitat tots no perquè n’hi ha un a cada barri, però hem passejat pels del centre i els més populars. Entre ells, com no, el Christkindlmarkt a Marienplatz i els voltants.

Ja ens havien advertit, però és del tot cert que desembre és un dels millors moments de l’any per a fer una escapada a Munic. Els mercadets del carrer li donen una vida impensable (amb el fred que fa) i l’ambient nadalenc al centre té un caliu especial, tan solemnes com són els bavaresos. Llàstima que la majoria d’aquestos mercadets només es poden visitar abans de Nadal i no durant les vacances -de fet, en orige es deien mercats d’Advent.

La pàgina oficial turística de Munic ofereix informació detellada (en anglés i alemany) sobre els mercats de Nadal que hi ha a la ciutat. També la podeu trobar en espanyol, organitzada de forma senzilla i clara, en aquest post al blog Una española en Munich: Weihnachtsmarkt / Christkindlmarkt en Múnich (DES 3 2010).

Finalment, n’hi ha desenes de vídeos a internet dels mercadets muniquesos. Aquest és un dels institucionals, d’aquest 2011:

Les caigudes d’aigua de Krimml

Tot i que el concepte cascada potser hi queda una mica gros, el cas és que les caigudes d’aigua de Krimml són les més grans d’Àustria i un dels paratges naturals més estimulants de la regió de Salzburg.

Krimml

Krimml

Encara dins del parc nacional Hohe Tauern, reben aigua de desglaç a través del Krimmler Ache, un afluent del Danubi que separa els Alps de Zillertal i els Venecians. A baix, Krimml, un xicotet poble de 800 habitants al mig de la vall.

Com que es aigua de desgel, el cabdal és especialment intens en primavera, quan cauen uns 20 000 metres cúbics d’aigua a l’hora, mentre que en febrer la mitjana és de només 500. En total, las cascades de Krimml fan una alçada d’uns 400 metres, tot i que estan dividides en tres estadis: una caiguda, a dalt de tot, de 145 metres; una intermèdia de 100, i una tercera de 140 metres de llargària.

L’accés al paratge natural està regulat, amb un preu de 3€ per als adults i 1€, que són 8,8€ per als majors i 4,4€ per als menuts si es vol visitar el centre d’interpretació amb jocs d’aigua que han construït a la vora.

Completar el camí fins la cascada superior requereix una passejada de 90 minuts des de la part baixa, també és possible accedir-hi amb alguna de les furgonetes que fan el trajecte per un camí de muntanya.

Un aspecte fonamental: és una visita de temporada, ja que a l’hivern i part de la tardor i la primavera romanen inaccessibles per la neu. Oficialment, els horaris d’obertura van d’abril a finals d’octubre.

*Nota per al viatger
Tots els detalls sobre accessos, horaris, preus… es poden consultar al web de Krimml.

La carretera alpina del Grossglockner

El Grossglockner y el Pasterze, tal y cómo los conocimos nosotros

El Grossglockner y el Pasterze, tal y cómo los conocimos nosotros

En 1856, con 26 años, el emperador austriaco Francisco José tuvo el antojo de conocer en persona el glaciar de Pasterze, entonces y hoy el más grande de su país, a los pies del Grossglockner, a su vez la montaña más alta de Austria con sus 3.798 metros de altitud sobre el nivel del mar. A nosotros, se nos ocurrió la misma idea, el fin de semana pasado. Llegamos algo tarde, lo sé. Pero hay cosas que no dependen de uno mismo. Es lo que hay.

Datei:Pasterze Grossglockner.jpg

El Pasterze, en 1935. / SALZBURGWIKI

Además, arribamos al final del verano, y no de un verano cualquiera, del más caluroso que se recuerda, aquí y allí. Hoy, a 31 de agosto, ya son 29 las mañanas de este verano en que la estación meteorológica del aeropuerto de Salzburgo, referencia en la zona, ha superado los 30 grados centígrados. Salz-bur-go, que no Busot. Tela.

Así las cosas, avistar el lugar –en concreto, desde la plataforma situada a 2369 m– fue una cosa maravillosa, aunque no pude evitar sentir envidia, al pensar en el paisaje, seguro que más glacial y refrescante, que debió contemplar Francisco José en aquel septiembre del 56.

Más de diez metros de largo, dicen, decrece cada año el Pasterze, que a día de hoy tiene una longitud aproximada de ocho kilómetros. Habrá que volver, quizás en un par de veranos o tres. Antes de que sea demasiado tarde.

Francisco José, por cierto, subió a pie desde el vecino pueblo de Heiligenblut, unos pocos kilómetros más a bajo, cosido al valle, ya en la región de Carintia. Hace muchos años que lo de subir caminando ya no es una obligación, sino una cuestión de placer. Nosotros, dado nuestro estado actual y pese a lo que siempre nos ha pedido el cuerpo, nos tuvimos que conformar en esta ocasión con llevar a cabo una aproximación motorizada. Valió la pena.

No solo disfrutamos en primer plano del Grossglockner y del glaciar, la zona actualmente conocida como Kaiser-Franz-Josefs-Höhe, sino de los 47,8 kilómetros que la carretera alpina del Grossglockner (oficialmente, Grossglockner Hochalpenstrasse) ofrece en total.

Aunque parece ser que el paso de montaña actual, a 2500 metros, ya era transitado desde antes del año de la picor, fue hacia 1920, ya en los días de los primeros vehículos a motor, cuando se proyectó una ambiciosa carretera para cruzar de un lado a otro. Se inauguró en 1935 y hoy seguramente sea una de las vías alpinas más populares.

Deliciosa carretera, con los principales picos del Hohe Tauern de fondo

Deliciosa carretera, con los principales picos del Hohe Tauern de fondo

La carretera, cuyo peaje cuesta 35 euros para los coches y 25 para las motos, arranca por el norte en el pueblecito de Bruck, a tiro de piedra de Zell am See en la región de Salzburger Land, y desemboca en el mencionado Heiligenblut, en el estado de Carintia, en un estrecho valle camino del Tirol del Este.

Se dice que más de un cuarto de millón de vehículos a motor transitan cada primavera y verano por el lugar –abre de principios de mayo a finales de octubre–. No sé si son los que más a gusto la suben, pero unos que saborean cada curva, hasta alcanzar el paso de la Hochtor a 2500 metros, son los de las motos. También los de los descapotables, muchos de ellos bronceados de nacimiento; otros, meros aficionados al motor clásico y el juego de tuercas. Qué coches tan bonitos todos… Un gran respeto, por otro lado, me merecen los ciclistas que suben y bajan, que también son muchos. Y mucha pereza, me dan, los del autobús y el señor que, cuando bajan del auto, se pone al frente con la banderita y los pone a todos en fila micrófono en mano.

Nosotros, esta vez, fuimos de los del montón: cómodos en la furgo contemplando el paisaje de locura. Hasta 30 tresmiles se divisan desde el mirador situado en el Edelweiss-Spitze.

Para cuando nos dimos cuenta, y sin parar en ninguno de los centros de interpretación y naturaleza que salpican el recorrido –todos de entrada libre–, nos habíamos comido medio día, entre foto y foto. Así que decidimos bajarnos para casa, justo cuando el sol más picaba y el tráfico empezaba a convertirse en un problema.

Una vez abajo, llenamos la barriga y dedicamos la tarde a dar un pequeño paseo por el valle contiguo, el de Rauris. Para entonces el rugido de los motores había desaparecido por completo, dejando paso a los gruñidos de unas cuantas vacas sueltas y el omnipresente chasquido de las aguas en su caída desde las cimas hasta las profundidades de los valles. Todo sin salir del parque nacional del Hohe Tauern. En Rauris, sí, tal y como lo dejó en su día Francisco José.

*Nota para el viajero
Todos los detalles de horarios y precios sobre la carretera alpina están en su web oficial: www.grossglockner.at

#rutaBayern: Algunos vestigios del complejo nazi de Obersalzberg (más allá del Nido del Águila)

Se estima en medio millón el volumen anual de turistas que peregrinan hasta lo alto de la montaña Kehlstein (1.834), en Berchtesgaden, para visitar el antiguo refugio de Adolf Hitler en los Alpes bávaros.

La antigua casa de té del führer o Nido del Águila, reconvertida hoy en restaurante y mirador, es el principal motivo de la mayoría de las visitas, llegadas de medio planeta, y el único elemento que se conserva intacto de cuantos configuraron el denominado complejo nazi de Obersalzberg. No obstante, existen otros interesantes y desconocidos vestigios de la urbanización del Partido Nazi en esta zona montañosa situada en Berchtesgaden, Baviera, a escasos kilómetros de Salzburgo.

Plano de situación del lugar. / DOKUMENTATION OBERSALZBERG

Plano de situación del lugar. / DOKUMENTATION OBERSALZBERG

Aunque casi nada queda de los cuatro chalés principales, el Berghof –la casa de montaña de Hitler– y los de Göring, Bormann y Speer, no son pocas las huellas visibles de la antigua urbanización en su conjunto. Ello, a pesar de la práctica destrucción por parte de los Aliados, durante la liberación en mayo de 1945, y las posteriores demoliciones de instalaciones a lo largo de los últimos años, ya con los terrenos en manos de las autoridades alemanas. El ejército de los Estados Unidos de América, por cierto, mantuvo una instalación militar activa y gestionó parte del complejo hasta el año 1995.

Hotel zum Türken y complejo de túneles
Abierto como alojamiento alpino en 1911, el hotel zum Türken se sitúa ya por encima de los 1.000 metros de altitud en la parte baja del complejo, justo unos pasos por debajo de la antigua casa de Hitler. Durante el tercer Reich, esta pensión fue adquirida forzosamente por los nazis, destinada a convertirse en acuartelamiento de la Reichssicherheitsdienst, fuerza de protección personal de Hitler integrada en las SS.

El hotel durante el Tercer Reich. /H. ZUM TÜRKEN

El hotel durante el Tercer Reich. /H. ZUM TÜRKEN

Parcialmente destruido durante la liberación, el vetusto alojamiento actual es prácticamente idéntico al preexistente. Aun así, lo más interesante del lugar es que proporciona el acceso al sistema de túneles que cosía el complejo por el subsuelo. En continuo proceso de deterioro, el acceso a los túneles y búnkeres está regulado por la familia propietaria del hotel y es posible desde el interior del mismo.

Únicamente quedan transitables un par de kilómetros de túneles, en diversos niveles bajo la montaña, estando el paso a algunas zonas cerrado por seguridad. A pesar de todo, es una visita altamente recomendable. También es posible ver las celdas de castigo construidas para los mismos guardias.

Centro de Interpretación
El centro de interpretación de Obersalzberg ofrece una interesante exposición sobre lo que fue aquel residencial durante el nazismo. Asimismo, se ubica en lo que anteriormente fue la Gästehaus Hoher Göll, una residencia de invitados pensada para acoger la visita de dignatarios internacionales.

Centro de Interpretación. /CC WIKIPEDIA

Centro de Interpretación. /CC WIKIPEDIA

El edificio está reconstruido, pero algunos elementos, como las arcadas y muros de la planta baja posterior, son originales.

Platterhof
En este lugar abrió en 1877 Mauritia, Moritz, Mayer una pensión con su mismo nombre. Cada vez más conocida en la zona, el establecimiento pasó a ser conocido como Platterhof, en referencia al personaje homónimo de la novela de Richard Voß, Zwei Menschen.

Manteniendo su denominación, durante el reich fue severamente modificado y ampliado. En principio había de servir como hotel común, aunque en la práctica se reservó a la alta sociedad y militares de alto rango.

Escapó de la destrucción en la guerra y tras la misma, siendo reconvertido en el hotel General Walker hasta que en el año 2000 fue demolido. En su lugar, se erige hoy un restaurante y una tienda de souvenirs, que no consiguen escapar del todo a su pasado, pues se conservan los muros y una enorme explanada usada como aparcamiento.

A unos metros se encuentra hoy el parking y oficina de tickets de los autobuses que suben hasta el Nido del Águila, en el lugar antes ocupado por los garajes del Platterhof. No muy lejos se ubicaba el cuartel de las SS, del que no queda rastro.

En primer término, barracas de las SS; en segundo, el Platterhof. /WEB

En primer término, barracas de las SS; en segundo, el Platterhof. /WEB

Otros
Son numerosos los edificios de rango menor que se han conservado hasta la actualidad. Es el caso de la Gusthof, una antigua granja por la que se pasa de camino, en la parte más baja del recinto. Hoy en día sirve al campo de golf de la zona, vinculado al lujoso hotel Intercontinental.

En el lugar donde se levanta el citado hotel, por cierto, hallaríamos la vivienda de Göring. Ni de esta casa ni del Berghof, la de Hitler y Eva Braun, se conservan marcas destacadas. El lugar exacto donde se hallaba el Berghof está ocupado hoy por un frondoso hayedo, a medio camino entre el hotel zum Türken y el parking en el Platterhof. Andando por el bosque se pueden contemplar algunos antiguos muros entre la maleza.

Intactas aunque fuera de foco permanecen varias construcciones vinculadas al arquitecto Albert Speer, ministro de Armamento y cuarto dirigente nazi en habitar una vivienda en Obersalzberg. Alejada del resto, se mantienen su antigua casa y su estudio, como propiedades privadas en la actualidad.

En Berchtesgaden pueblo no faltan los elementos de interés histórico vinculados al nazismo, como la estación de trenes o algunos murales que, eso sí, han sido retocados eliminando cualquier referencia al nazismo.

Finalmente, por supuesto que la estela del nazismo se sigue con mucha más facilidad transitando la carretera que sube hacia el Nido del Águila. Una vez se baja del autobús que la recorre, se mantienen intactos muchos elementos históricos más allá de la casa de té de la cima. Es el caso de la puerta de entrada de piedra o el ascensor de bronce construido en 1938 en el interior de la montaña.

*Nota para el viajero
La web del centro de documentación de Obersalzberg ofrece numerosa información sobre el recinto, así como el museo en sí mismo. A diferencia del Nido del Águila, que cierra de finales de octubre a mayo, este permanece abierto todo el año.

Por internet circulan numerosas fotografías antiguas sobre el complejo, aunque la web más completa seguramente sea la de Geoff Walden, denominada Third Reich Ruins. Las recopila junto a numerosa información en un libro a la venta en Amazon. Esta es la referencia: Geoff Walden. Hitler’s Berchtesgaden: A Guide to Third Reich Sites in the Berchtesgaden and Obersalzberg Area. Fonthill Media, 2014; formato eBook: Amazon (inglés).

Otra referencia interesante es el episodio Points, de la serie Band of Brothers. Mikael Salomon (director). 2001. HBO.

Más posts sobre viajes en Baviera en:

rutaBayern

#rutaBayern: el Nido del Águila

Si hay un par de motivos por los que encuentro interesante una visita al Nido del Águila (en alemán, la Kehlsteinhaus) esos son la facilidad de acceso a un mirador alpino bastante decente, así como la proximidad de algunos lugares naturalmente fantásticos. Por lo demás, no me hace ninguna gracia la visita a una construcción nazi, la cual, por mucho que haya sido reconvertida, sigue significando lo que sigue significando.

Vista del refugio desde la parte alta del mirador

Vista del refugio desde la parte alta del mirador

Origen
La Kehlsteinhaus es un refugio de montaña situado en lo alto de la montaña Kehlstein (1.834 metros de altitud), a escasos kilómetros de la frontera entre Baviera y Austria por la zona de Salzburgo. Una zona, por cierto, hoy protegida en el marco del parque nacional de Berchtesgaden.

Aunque es cierto que las vistas de los Alpes bávaros y austriacos son magníficas, también lo es que la mayoría de sus visitantes acuden al lugar en busca de algo más. En concreto, en busca del célebre refugio de montaña de Hitler, un chalet inaccesible que le regaló el partido nazi por su 50 cumpleaños (1939) en la misma zona en que los dirigentes nazis disponían ya de una urbanización de recreo, el conocido como Berghof en Obersalzberg.

Cima

Cima

Según estimaciones oficiales, la cabaña se construyó durante trece meses, si bien se necesitó también la creación de una carretera y un espectacular ascensor que sube los últimos 124 metros por el interior de la roca. Los costes de la obra fueron muy elevados: más de 100 millones de euros al cambio actual y un mínimo de doce vidas humanas. Sobran las palabras.

El refugio de montaña, llamado a ser un espacio de confort para el führer, apenas se utilizó debido a la llegada de la guerra y a las preferencias del mismo Hitler.

Liberación
Si bien el Berghof fue bombardeado y destruido por las tropas aliadas, lo cierto es que no sucedió lo mismo con el refugio de montaña. Bautizado como Nido del Águila (Eagle’s Nest) por el general Eisenhower, las tropas aliadas lo alcanzaron en los primeros días de mayo de 1945. No obstante, la zona permaneció como un destacamento aliado hasta 1960, cuando fue devuelto a Baviera.

Naturaleza
Superado el morbo del lugar, lo cierto es que la visita permite acceder a un mirador espectacular frente a montañas de mayor envergadura, cuyas cimas rocosas cubiertas de nieve la mayor parte del año se disfrutan desde lo alto de Kehlstein.

Es el caso, por ejemplo, del majestuoso Watzmann o el precioso lago del Rey, el Königssee. De hecho, estas vistas son el único y verdadero motivo por el que recomendaría una visita. El espectacular ascensor de bronce, la chimenea de mármol regalo de Mussolini o la tortuosa y torturadora carretera de acceso me parecen más que prescindibles. Lo mismo me sucede con la cafetería del refugio: ni fu ni fa.

Las montañas y el lago

Las montañas y el lago

Eso sí, el viajero no debe olvidar que, abierto solamente en verano, el Nido del Águila suele figurar abarrotado de turistas llegados desde todo el planeta, especialmente en días soleados. El autobús y el pase, además, cuestan un dineral (para lo que se ofrece): 16,1 € a mayores de 14 años y 9,3 € a los menores.

Qué más hacer en la zona
Para justificar un viaje al Nido del Águila, al menos si se llega desde Múnich, hace falta algo más. Mis propuestas preferidas serían dar un paseo o bañarse en el Königssee, atravesar el Wimbachklamm, una pequeña garganta natural, o acercarse brevemente a Salzburgo. Claro, que para todos estos planes hace falta un vehículo privado, pues el acceso en transporte público a los mismos no resulta fácil.

Chimenea

Chimenea

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‘Schwarzwas’?

Seré breve. No hay tiempo que perder. El próximo ten sale en unos minutos. Regreso temporal al tren. Prefiero el volante. Ayer la excursión fue a Salzburgo. Día de primavera, temperaturas agradables, gente de la que se deja acompañar. Un poco de Radius. Con la suerte de cara. Con algunos matices. Soy monotema, pero empiezo a estar cansado de toda esta mierda. Por si no lo había dicho antes: la Policía germana es racista, clasista… como tantas. Freilassing es un nombre de frontera que tengo grabado a fuego en la memoria. Es el pueblo donde la frontera ya no existe, entre Austria y Alemania. Sobre el papel. Es mentira. Es decir, en realidad, sí que hay frontera. Una línea invisible, patrullada por unos señores disfrazados de pueblo llano que deambulan por los pasillos de los ferrocarriles de cercanías que cruzan de lado a lado. Ayer me tocó el que juega a hacerse el simpático. Pasean todo el tren en silencio, como quien busca asiento, sonríen a las señoras bávaras de cardado inequívoco, gente de bien, hasta que llegan a mi. Policía. Control rutinario. Documentación, por favor. Son las palabras mágicas. Me las sé de memoria. Ayer me volvió a tocar. Estoy harto de que seáis tan racistas, amigos. No tengo nada que temer, lo cual no alivia el hastío. Tras comprobar entre ristias el documento de identidad siguen la marcha. Hasta que encuentran al siguiente barbudo, latino o persona de color. Nunca se sabe si somos de fiar o no. El excelente viaje de ayer no lo oscureció el de la placa oculta. Segundos incómodos en una jornada plácida. Ni tampoco el gilipollas de turno en la ciudad de la sal. “Este chico está guiando en negro”. La respuesta me salió del alma: “En schwarzwas?”. Se tragó las palabras. Me cogió con la autorización ministerial para guiar en Salzburgo, flamante, en la mano. “Que tengan un buen día”, fue lo último que nos dijo. Y se marchó con el rabo entre las piernas.