Esto se está convirtiendo en poco menos que un suplicio. Han pasado casi tres semanas desde que envié el libro a imprenta por primera vez y diez días desde que les di el sí definitivo. En la última semana, por si fuera poco, he detectado algunos pequeños errores irremediables –el libro ya está impreso– que aparecerán en las primeras 300 copias. La espera se está haciendo eterna, aunque voy descubriendo que esto no ha hecho más que empezar. Hoy mismo he iniciado los trámites para meter la guía en la tienda de Google Play y en la de iBooks, un proceso, como no, que va a tardar bastante en completarse. En cualquier caso, otro día con más ánimos comento la jugada de la conversión a ebook o el porqué voy a renunciar a venderlo como tal en Kindle. A todo esto, aún me sigo preguntando si algún día lo veré en las estanterías de las librerías –de momento lo puedo afirmar únicamente en singular, pues tengo una interesada–, pues todavía tengo pendiente empezar a trabajar en la distribución.