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Las ruedas de Herr Müller

El señor Müller es el vecino de rellano que todo alemán desearía tener: es un hombre correcto, atento y educado, incluso sonriente y si se tercia caballeroso. Un echte muniqués al que en cambio parece le agrada, según sopla el viento, jugar a comportarse como un vero italiano, destilando a partes iguales elegancia y buenas maneras. Como si fuese el autor intelectual del manual del buen alemán contemporáneo, no se lo piensa dos veces si ha de cederte el turno de subida en el ascensor y, estoy seguro, no dudaría incluso en ayudar con las bolsas de la compra a la señora Baumeister, la habitante del bloque más longeva de cuantos lo habitamos, viuda ella desde que se la conoce. La verdad sea dicha, no conozco el oficio de Herr Müller, pero no debe de funcionar mal el asunto. Sobre ruedas, fijo, pues he podido contarle con los dedos de mis manos dos o tres cochazos diferentes, cada cuál mejor que el otro. Por concretar: un Porsche Carrera clásico, un Audi Q5 y otro más de estilo familiar y fabricación alemana que, ante la categoría de los dos primeros, no ha terminado de llamar mi atención como para recordar el modelo. Falto como anda de vehículos a motor, Müller, hace unos meses, bastantes, que nuestras vidas se cruzaron. Nosotros ofrecíamos por entonces en alquiler la plaza de garaje que nos corresponde por habitar en la finca, él ya sabéis lo que necesitaba. Lo de rentar nuestra plaza de estacionamiento guarda relación con la ausencia de automóvil propio durante mucho tiempo en este país. Para formalizar tamaña operación pedimos permiso a la administración de la finca, formalizamos un contrato y terminamos estrechando nuestras manos en un encuentro que pareció dibujar una sonrisa eterna del tal caballero hacia la parejita de españoles con los que se ha venido cruzando durante muchos meses en la calle. Siempre con una sonrisa, siempre comportándose como un señor de impolutos modales dignos de la mejor de las castas bávaras . “¿Cómo están los spanier?”, nos decía; “Cuándo necesitéis la plaza no olvidéis que es vuestra, me lo decís y la recuperáis sin problemas”, recuerdo que comentó el día que extendió su firma, junto a la de Mariola, en un papel que así lo reflejaba. Y de aquellas brisas, estas tempestades. Tras un año de armonía que se demostraría a la postre fingida, un buen día decidimos comprarnos un coche y recuperar lo nuestro. Para entonces, el señor Müller, muy molesto ante la dificultad de encontrar cerca de casa un nueva guarida para su Q5, decidió borrar para siempre su sonrisa impostada ante nosotros, para cambiarla por una jeta mucho más austera y fría, cojonera. Comenzó por protestar enérgica y estérilmente ante la administración de la casa ante lo que él consideraba una tremenda injusticia; siguió por releer y releer el contrato suscrito hasta dar con el párrafo en el que se cifraba en tres meses el plazo de desalojo del bien inmueble en caso de necesidad por parte del arrendador; nos dio largas durante un trimestre tras el aviso y, finalmente, nos liberó el espacio. Para entonces su saludo se había convertido en inexistente e incluso dejó de responder a nuestros e-mails. No hay que olvidarlo: somos desconocidos. El día que nos retornó la llave del garaje la dejó directamente en el buzón, el trámite no merecía ni un mísero saludo, ni un cara a cara, innecesario e infructuoso. En todo caso, todavía faltaba un pequeño regalo por descubrir: al entrar en el parking pudimos comprobar que el señor Müller había olvidado retirar cuatro ruedas viejas y polvorientas de nuestra plaza. Con sus correspondientes llantas, tan estropeado todo como para no poder hacer nada bueno con ello. Al llamarle a tal efecto negó la mayor y, no solo eso, sino que insinuó que en todo este tiempo, por cortesía, no había querido denunciarnos por dejarlas abandonadas. He tratado de explicar el asunto a quien correspondía durante semanas pero finalmente no ha habido nada que hacer. Este fin de semana, por los cojones germanos de Herr Müller, habrá que ir al wertstoffhof a tirar a la basura su regalito. Como en realidad solamente entraba en el portal para acceder al aparcamiento, hemos dejado de cruzarnos con él en la calle, imagino que la próxima vez que lo veamos paseando por el barrio lucirá mucho más sonriente.

¿Y tú, qué quieres ser de mayor?

Hace algún tiempo que conocí a Cristina Rico en Múnich, la vívida imagen del talento que se traslada desde España a Alemania. Ella llegó mucho antes de que la fuga de talentos se convirtiera directamente en una sangría, aunque su experiencia, en lo laboral, me pareció casi de obligado conocimiento. Cuando supe que se había embarcado en una empresa para ayudar a planificar la carrera laboral -y a encontrar el trabajo ideal- a jóvenes talentos de España y Europa lo vi claro: eso da para una entrevista.

Cristina Rico

Cristina Rico

Cristina Rico García, un poco de aquí y un poco de allí. Puro talento. 30 años, nacida en el País Vasco. Nueve años viviendo en Alemania, tras llegar procedente de Málaga para completar sus estudios universitarios en la Universität Ulm. Es Ingeniera en Telecomunicaciones, recientemente doctorada. Trabaja en la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR), aunque acaba de reducir su jornada a dos días semanales para poder dedicarse a su proyecto personal: Goelite.org, o una plataforma online que ayude a jóvenes ingenieros y licenciados de toda Europa a la hora de planificar su carrera profesional incluso a encontrar trabajo. Cuando publico esta entrevista, diría que anda por California tratando de averiguar a qué huele Silicon Valley.

¿Cómo surgió la idea de Goelite.org?
Cuando llegué a Alemania en una reunión en el DLR me di cuenta de lo complicado que es conseguir estudiantes brillantes para trabajar en las investigaciones. Aquel día intervine y propuse buscar a los mejores universitarios de mi universidad en España para traerlos aquí. La cosa funcionó, desde 2008 han venido unos 25 estudiantes de ingeniería con aquella iniciativa, para realizar el Proyecto de Final de Carrera en el DLR. Algunos de ellos se han quedado trabajando y muchos de los que no lo han hecho lo han decidido por voluntad propia. Todos están maravillosamente colocados.

Al ver las posibilidades, hablé con compañeros de otras universidades españolas y ahora se ha sumado la Universidad de Oviedo, mientras que otras escuelas podrían hacerlo en breve.

Con todo esto, empecé a pensar que esta idea se podría trasladar a otras empresas e institutos de investigación, que andan buscando a estudiantes y recién licenciados con un expediente brillante. Durante tres años todo esto lo hemos estado comentando casi a diario los que ahora somos los tres socios de la empresa hasta llegar a la idea de Goelite.org, que ha evolucionado.

¿Cómo?
En realidad, nuestros objetivos actuales van más allá de la idea inicial. Por un lado queremos ayudar a los estudiantes de último curso y jóvenes licenciados a planificar su carrera profesional. Para eso estamos implementando un planificador de carrera. Por otro lado, queremos ayudar a estos mismos a encontrar el trabajo que buscan, mientras que a las empresas les facilitamos a su vez a las personas que andan buscando. Esto es lo que hemos empezado a hacer ya en la fase inicial del proyecto en que nos encontramos.

¿Se necesita un expediente académico sobresaliente para entrar en vuestra red?
Al principio yo me di cuenta de que los estudiantes brillantes en España se pueden sentir desmotivados, ya que a veces da la sensación de que allí no se valora la excelencia académica en el mundo de la empresa. Lo importante es aprobar y punto. En Alemania es totalmente diferente, las empresas salen a la caza de los mejores alumnos y les ofrecen becas para mejorar su formación y luego quedárselos. Hasta los partidos políticos o las iglesias ofrecen becas a los mejores estudiantes y oradores.

La idea inicial era recompensar a esos talentos, en clave española, pero el proyecto ha ido creciendo. De entrada, el idioma oficial ha pasado a ser el inglés, ya que queremos que sea una herramienta a nivel europeo (la web está traducida al alemán y al español solo en la portada). Además, queremos ayudar a todo tipo de profesionales, aunque hemos empezado por ingenieros y licenciados en el campo de las ciencias.

Entonces, ¿cómo definirías Goelite.org en este momento?
Concretamente, como una plataforma de identificación de excelencia y de búsqueda de empleo a nivel internacional. También como un planeador de carrera profesional. O dicho de otra forma, queremos ser como un coach online, una figura que identifica lo que quieres ser en la vida y te ayuda a conseguirlo. Te dice lo que has de hacer para conseguir lo que quieres.

¿Qué significa lo de planificador de carrera?
Es una herramienta en la que trabajamos y que está pensada para detectar los intereses, aptitudes y carencias de la persona que quiere optar a un trabajo. Una vez detectadas, propondremos un camino a seguir (en formación) para conseguir el objetivo final que no es otro que el puesto de trabajo deseado. Hay quien querrá ganar mucho dinero y hay quien buscará otros aspectos como la motivación, nosotros simplemente queremos ayudar a conseguir la meta laboral de cada uno. Unos estarán más preparados para conseguirla, otros tendrán que empezar desde la base, en función del trabajo deseado, preparación, experiencia propia, etc.

Comentas que empezáis con estudiantes de ciencias.
Sí. A medio plazo veo a Goelite.org trabajando con enfermeras, médicos o licenciados en Administración de Empresas, pero hemos empezado por lo que conocemos mejor. Sabemos que Alemania necesita mano de obra cualificada en sectores relacionados con las ciencias, desde matemáticos a informáticos, ingenieros biólogos o químicos.

¿Cuál es vuestro punto de partida?
Para empezar (después de un par de meses en fase beta) tenemos más de 1.000 jóvenes europeos registrados, la mayoría españoles pero también griegos, alemanes, etcétera. En cuanto a las empresas, empezamos con una decena de empresas alemanas, entre ellas el DLR y varias firmas punteras relacionadas con el sector automovilístico (ya han firmado varios convenios para colocación). Tenemos unas decenas de ofertas laborales en este momento, que entran y salen según se cubren. Pero esto es solo el comienzo, casi en fase de pruebas. La idea es sumar a corto plazo varias empresas y al menos diez usuarios nuevos cada día.

¿Es fácil encontrar el trabajo deseado en Alemania?
A veces tendemos a pensar que la demanda de trabajadores cualificados significa que aquí son bienvenidos todos los ingenieros europeos, sea cual sea su perfil. Muchas veces están las vacantes, pero las empresas alemanas no van a cubrir el puesto si no dan con el perfil adecuado. Eso significa, por ejemplo, conocer el idioma o tener experiencia previa. No basta con la formación académica básica.

Por otro lado, a nosotros nos gustaría trabajar con empresas españolas. Quizá peque de utópica, pero mi ilusión sería fomentar la movilidad de trabajadores europeos cualificados a nivel internacional.

¿Es esa la meta final de Goelite.org?
Hace unos años, moverse de una ciudad a otra en España era una tragedia. Ahora está a la orden del día y la movilidad laboral es un hecho en todo el mundo. Yo estoy aquí en Alemania, tratando de decirle a la gente que no soy una emigrante, sino una trabajadora europea trabajando en Europa. Creo que nuestro futuro pasa por una mayor integración, también en lo laboral. Por eso empezamos con Alemania y España, que es lo que conocemos y tenemos más cerca, pero nos gustaría hacer algo más global. El tiempo lo dirá, tenemos mucho terreno por delante y por ahora nuestros recursos son más bien limitados.