“Baviera es fantástica para que los niños disfruten del viaje a su ritmo”

Hace algún tiempo que contacté con Fátima Casaseca (Madrid, 1981) o, como muchos expatriados la conocemos por aquí, Una mamá española en Alemania. Preparaba, y aún sigo en ello –ya queda menos–, mi pequeña versión impresa de Muniqueando, por lo que pensé que comentar en el libro a través de ella la posibilidad de pasar un día en familia en Baviera sería interesante para los lectores. ¿Qué mejor que una madre de tres hijos –que además es española, joven, formada…– acostumbrada a la vida en la Baviera rural que tanto atrae al viajero?

Entonces llegó, el libro, pero no el mío sino el suyo –yo soy mucho más lento–, y tengo que decir que, como muchos, me quedé boquiabierto. Por si fuera poco –su blog es muy interesante de por si, con lo cual auguro que el libro no le andará a la zaga–, venía avalado por un pez gordo como es la editorial Planeta.

De eso, según me comenta la misma Fátima, ha pasado ya un mes, aunque parece que lo mejor está por venir, pues sus aventuras en mierdapueblo están arrasando en las estanterías.

Portada del libro de Fátima Casaseca 'Una mamá española en Alemania' . /ED. PLANETA

Portada del libro de Fátima Casaseca ‘Una mamá española en Alemania’ . /ED. PLANETA

El caso es que en un primer momento estuve tentado de desistir a la hora de pedirle a Fátima que me echara esa mano participando con una entrevista para la guía, más que nada pensando en que su agenda ahora estará más apretada que nunca. Tres hijos y un libro –que se vende– no son fáciles de llevar.

Al final, me decidí a escribirle y volví a sorprenderme con ella –no me extraña que a esta chica le vaya bien­–. La respuesta fue inmediata y la predisposición a colaborar conmigo pese a que no nos conocemos personalmente también. Por mucho menos he visto yo a más de uno subírsele los humos a la cabeza.

Lo mejor hubiese sido poder entrevistarla en persona, pero mierdapueblo no me coge de paso y es verdad que vamos todos cortos de tiempo, así es que me conformo con los avances de la tecnología. En la entrevista, un extracto de la cual se convertirá en el texto para el libro –el mío, que jaleo–, hablamos sobre la vida en familia en Alemania y de cómo disfrutar del tiempo libre en familia en Baviera –la idea es orientar a los viajeros que vienen con niños–. Ya que estábamos teníamos que haber comentado algo sobre el libro, el suyo, pero no lo hicimos. Mea culpa. A cambio os paso unos enlaces para que conozcáis un poco más su blog y su libro –a través de estas otras entrevistas y participaciones en, nada más y nada menos, rtve.es, Hoy por hoy de la Cadena SER, ELPAÍS.com, Onda Cero…; podríamos estar hasta mañana– y transcribo íntegra nuestra humilde conversación sobre vivir Baviera con niños:

Fátima. /CEDIDA

Fátima. /CEDIDA

¿Dirías que es más fácil o más complicado que en España, ser madre en Baviera?
Personalmente creo que es mucho más fácil ser madre aquí, por muchos motivos. En Alemania y especialmente en Baviera, lo que se fomenta es que la madre no trabaje y se quede al cuidado de su familia, por lo que las ayudas y bonificaciones estatales se orientan en este sentido. Incluso el sistema fiscal, con su división por clases, beneficia a las familias en las que sólo uno de los padres trabaja a jornada completa y el otro se queda a cargo del resto. Lo difícil, por ejemplo, es ser algo además de madre. La falta de guarderías tanto públicas como privadas, sus horarios y los horarios de los colegios, hacen casi imposible tener un trabajo que merezca la pena, tanto a nivel personal como económico, así que muchísimas mujeres acaban optando por quedarse en casa y concentrarse en la familia.

Tampoco se estila la ayuda doméstica, ni siquiera para limpiar la casa. Esto a mí me parece un poco exagerado, pero es verdad que esta mentalidad de autoresponsabilidad extrema, hace que aquí las madres estén un poco más relajadas, incluso sean más dejadas. Parece una tontería, pero viniendo de una cultura como la española, en la que las apariencias son importantísimas, que aquí no importe que los niños vayan conjuntados o lleven la ropa planchada, y que sea normal que se revuelquen por el barro, te hace dejar de preocuparte por el qué diran y te deja un poco más de espacio para disfrutar. La sensación que tengo es que, a pesar de las dificultades para mantener un buen trabajo o para ascender profesionalmente, aquí la maternidad se vive más tranquila.

La rutina laboral y las obligaciones, ¿dejan suficiente tiempo libre para disfrutar en familia?
Sí, totalmente. Aquí son muy puntillosos con los horarios de trabajo y, ni está bien visto, ni suele ser normal echar horas en la oficina, a no ser que haya algo urgente, claro. La gente se va a casa a su hora, aunque aquí el sentido del tiempo libre no es el mismo que en España. Como he comentado antes, la autoresponsabilidad alemana hace que, cuando terminan su trabajo remunerado, se dediquen en cuerpo y alma a su otro trabajo: la casa y la familia. Para ellos es sagrado.

¿Cómo definirías tu día en familia ideal en Baviera?
Como tengo niños pequeños, lo más práctico suele ser salir al aire libre. Pasear, montar en trineo, ir a bañarnos a algún lago, excursiones… Y, de vez en cuando, alguna ciudad pequeña y tranquila. Los alemanes tienen un curioso sentido de las distancias y hacerse una hora de coche para pasar el día en la montaña o ir a comer a un restaurante en particular, es bastante frecuente. Mi día ideal es salir por la mañana temprano con el coche, dar un buen paseo, comer fuera y volver agotados.

¿Qué actividades soléis hacer juntos en vuestro tiempo de ocio?
En invierno solemos hacer excursiones en trineo y en verano nos gusta ir a pasar el día a algún lago. También pasear o ir a alguna exposición, o incluso dedicarnos a arreglar el jardín o cortar leña. Aquí las actividades se mantienen muy low cost, y poco estresantes para los más pequeños.

¿Qué lugares son vuestros favoritos en este sentido?
Personalmente me encanta toda la zona de Allgäu, que es en la que vivimos. Nos encanta ir a las diferentes jornadas que se organizan en Wolfegg, un próspero pueblecito con una granja histórica. Su mercado de navidad es espectacular, y también organizan mercados temáticos de burros, cabras, hierbas… El sitio es precioso y reúnen un gran número de artesanos, que aquí en Baviera siguen siendo profesiones cuidadas y respetadas.

También nos encanta ir a Lindau, a la orilla del lago Constanza. Es una ciudad pequeña, con un centro histórico precioso para pasear y un puerto estupendo, con unas vistas espectaculares.

Ulm también es preciosa, con un barrio de pescadores (Fischer Viertel) encantador. Además tienen un museo específico para niños, con exposiciones estupendas y muy interesantes, el Edwin Scharff Museum.

Otra cosa que hemos hecho varias veces es ir a Nesselwang. Allí puedes subir en teleférico (o andando) y desde arriba las vistas de los Alpes son espectaculares. Al bajar tienen una cosa genial para lo más pequeños: Rodelbahn. Es como un tobogán gigante, cavado en la tierra y que empieza a mitad de montaña. Te dejan una especie de plataforma con ruedas, con un freno, y bajas ahí dentro, más rápido o más despacio según los gustos.

Siempre pensando en clave familiar y en los niños, ¿ciudad o naturaleza?
Yo creo que hay que combinar las dos cosas. En Múnich hay cosas interesantísimas que, aunque no sean siempre específicas para los más pequeños, pienso que conviene enseñarles desde el principio. La naturaleza lo que te da es muchísima tranquilidad: no hay coches ni calles que cruzar, los niños se pueden desfogar…

¿Cuáles son vuestros lugares preferidos en Múnich?
El zoo nos encanta, es un plan estupendo para niños cuando vives en la ciudad. En Múnich también conocemos el museo de los bomberos, el Kinder-und Jugendmuseum, una buena alternativa al parque en el frío invierno o en una tarde de lluvia. O bien el jardín botánico.

¿Qué recomendarías al viajero que llega a Baviera en familia?
Que se relajen y disfruten. En general, una cosa que he aprendido de los alemanes, es a adaptarme a los ritmos de los niños en los viajes, sobre todo cuando son pequeños. Baviera es fantástica para esto porque ofrece muchísimas alternativas, tanto al aire libre como en espacios cerrados, para que los niños disfruten del viaje, a su ritmo y sin pegarse palizas de turismo que, para qué nos vamos a engañar, les suelen interesar poco y aburrir bastante. La ventaja de Baviera es, sobre todo, que se trata mayormente de cuidades relativamente pequeñas, fusionadas con mucha naturaleza.

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5 comments

  1. Eva

    Vaya Jordi, veo que te rodeas de buena gente por las teutonías. Fátima y su blog me enganchó desde el minuto 1, es super auténtica!
    Saludos desde San Vicent del Raspeig.
    Eva

    • J.O.

      Cierto Eva, Fátima y su blog tienen mucho gancho: frescura, naturalidad y muy buena mano para juntas letras con sentido del humor. Saludos! (y gracias por tu comentario)

  2. maredetrès

    Jo també em peto de riure amb el bloc de la Fátima! Nosaltres fa temps que tenim pendent un viatge a Munic (des de Frankfurt, on vivim), segur que el dia que ho aconseguim les teves (vostres) recomanacions ens seran molt útils. Gràcies!

  3. Berta

    Para Fátima:
    Como tú, soy madre de tres niños, dos de ellos mellizos, y vivo en Múnich. Ciertamente en Baviera es difícil ser algo más que madre…
    Como tú, sigo intentándolo (aún no sé si voy a morir en el intento…) y acabo de compartir esta fantástica entrevista en mi página profesional de facebook: https://www.facebook.com/pages/Spanischlesenundlernen/298574486841659?ref=hl
    Coincido completamente contigo respecto a la mentalidad de autoresponsibilidad extrema de Baviera, a la que, aunque me cueste, le saco los aspectos positivos (si los buscas con lupa los encuentras, o quizá sea cosa de mi carácter que siempre se concentra en el lado bueno de la circunstancia que le toca vivir).
    Al igual que tú, disfruto mucho de la libertad de ser madre en un entorno en el que las apariencias y la estética de la ropa de los niños no juega un papel fundamental y en el que los aspectos prácticos ganan terreno. Algo que me encanta y que tú también mencionas es el poder disfrutar de entornos naturales sin tener que renunciar a una ciudad estupenda.
    Si me permites añadir un lugar, además del zoo, recomiendo la zona del Isar en general, a la altura del zoo, por ejemplo, puedes montar en bicicleta siguiendo el curso del río, con o sin niños.
    Tu libro tiene el éxito asegurado .-)

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