Rayos y truenos
En Múnich, y para nada me disgusta, la meteorología nunca se anda con medias tintas. Si se nos postra una ola de calor, lo notas; si llueve, te empapas; si nos alcanza la tempestad, te enteras. La pasada noche, y no exagero, hemos vuelto abruptamente a la primavera alpina, viniendo del calor sofocante como veníamos, con una tormenta eléctricamente increíble (así lo cuenta la prensa local). A eso de las cinco de la mañana era completamente de día, más de día que ahora, con decenas de rayos y truenos sobrevolando mis pensamientos oníricos de madrugada. Y los de todo el vecindario. A las ocho de la mañana nada queda de aquellos pensares, ni de los truenos, ni tampoco de los pasados días de cielo azul y sol radiante. Simplemente, hemos vuelto a la normalidad de golpe y porrazo. Feliz semana.