#rutaBayern: la Gruta de Venus en Linderhof
Mientras el palacio de Neuschwanstein sigue batiendo récords –en 2013 pasó de 1,4 a 1,5 millones de visitantes–, los otros palacios de Luis II en Baviera siguieron el camino contrario el pasado año. Sin desmerecer Herrenchiemsee, lo cierto es que le guardo un cariño especial al pequeño Linderhof.
A rebufo de su vecino waltdisneyesco, Linderhof recibió durante el pasado 2013 la nada despreciable cifra de 426.396 visitantes. Aunque se trate del segundo palacio más visitado de Baviera, sus números son incomparables a los de Neuschwanstein y, por si fuera poco, parecen empequeñecer con el paso de los años –en 2012 perdió unos 10.000 visitantes en comparación con el año anterior; exactamente la misma cifra que ha cedido en el último año, dadas las 437.000 visitas de 2012–.
Teniendo en cuenta que le debo un texto al palacio en si mismo, que dejo para otro día, todavía me llama más la atención lo desapercibido que pasa uno de los elementos más singulares que alberga: la Gruta de Venus.
¿Gruta de Venus? En efecto, una caverna artificial inspirada en la ópera Tannhäuser de Richard Wagner, la cual se esconde en la ladera septentrional de los jardines. Un delirio de lugar que solamente abren unos meses al año y, lamentablemente, es visitado por una pequeña parte de los turistas que acuden a Linderhof –me baso para ello en mis estadísticas personales tras acompañar a viajeros entre dos y tres veces por semana hasta allí–.
Así las cosas, intento descifrar aquí un poco más la Gruta de Venus, con la esperanza de que algún viajero lea estas líneas y no dude en adentrarse en ella en su visita a Linderhof.
Construcción. Oculta en la ladera de los jardines septentrionales de palacio, la Gruta de Venus fue erigida entre 1877 y 1878, por orden directa del rey Luis II y bajo la dirección del escenógrafo August Dirigl. Considerada la cueva artificial más grande de Europa, su planta supera los 100 m2 y evoca el escenario del primer acto de la ópera de Wagner Tannhäuser, así como la Gruta Azul de Capri.
Se trata de una construcción sorprendente a la que no le faltan detalles. Sus estalactitas y estalagmitas están cuidadosamente elaboradas de tal forma que, en la oscuridad del lugar, parecen auténticas. Fue construida combinando yeso, alquitrán y hierro, si bien los accesos están hechos a base de piedra natural.
Particularidades y tecnología. El interior de la cavidad cuenta con un pequeño lago, así como con una cascada y un sistema de iluminación, todos ellos artificiales. En este sentido, cabe destacar que la Gruta de Venus de Linderhof supuso la primera gran instalación eléctrica de Baviera, inicialmente con luces en color rojo y azul, tratando de evocar en este caso la Gruta Azul de Capri.
También dispuso de siete calderas para la climatización interior del lugar, tanto en invierno como en verano. Estas permitían calentar el ambiente pero también el agua del lago, cuya temperatura se podía establecer por encima de los 30º.
Igualmente revolucionario resultaron otras aplicaciones del inmueble, como una máquina para la generación de olas artificiales en el agua o un aparato que proyectaba el arco iris en el ambiente.
Wagner. La gruta de Venus de Linderhof está inspirada en la ópera Tannhäuser de Richard Wagner. El pintor August von Heckel es el autor del mural que se aprecia detrás del estanque, Tannhäuser en Venus, en relación con la citada historia.
Asimismo, Luis II usó la gruta como lugar para escuchar música, para lo que disponía de un mirador sobre la misma. Los músicos, por su parte, tocaban junto al agua.
Por otro lado, el pequeño lago contaba con una barca similar a la utilizada en la ópera wagneriana Lohengrin.
Problemas de conservación y restauración. A las puertas de los Alpes, los problemas de mantenimiento del espacio surgieron desde bien temprano. En 1890 se construyó un tejado sobre la gruta, con el fin de evitar las filtraciones de agua que ponían en riesgo la construcción.
Filtraciones de agua, proveniente de lluvias o del deshielo invernal, que siguen amenazando la construcción en la actualidad. En los años 60 del siglo XX se pusieron las primeras telas y andamios en el interior, para garantizar la seguridad de los visitantes.
En los últimos años, la Administración bávara se ha puesto manos a la obra, iniciando un ambicioso proyecto de restauración y protección de la Gruta de Venus. Aunque las visitas permanecen activas, gran parte de la instalación permanece andamiada y se ha desviado parcialmente el recorrido turístico interior. A pesar de las restricciones, la visita resulta maravillosamente inspiradora, para lo que se necesita, eso sí, un mínimo de sensibilidad cultural.
Visitas. Los accesos están regulados y únicamente son factibles entre abril y octubre. Es posible entrar a la caverna usando la misma entrada al palacio, para lo que hay que desplazarse hasta la puerta siguiendo las indicaciones existentes en el jardín.
Las visitas son regulares, aproximadamente cada diez o quince minutos. Normalmente en inglés o en alemán, aunque a última hora de la tarde, si entramos solos, es factible conseguir un audio en español.
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Me flipa lo chalado que estaba el rey.
Porto estona donant voltes per te blog. Caram, quanta informació sobre Baviera! La veritat és que només he estat a Munich i visitar Baviera seria una possibilitat de cara la Setmana Santa o potser, a l’estiu. Potser si em decideixo t’envio un esbós de recorregut a veure si et sembla plaussible.
Una abraçada des de milviatges!
Hola: averigüé en un tour en castellano y me dijeron que la gruta no se puede visitar, alguien puede darme información certera? Es lo que más me interesa ver en Lindehof
Gracias
Hola Carlos, cuándo tienes pensado venir a Baviera? La gruta de Linderhof cierra el 15 de octubre, como todos los años por el invierno. El problema es que en 2017 no la van a reabrir en abril, como es costumbre. Va a permanecer cerrada hasta 2021, por obras de rehabilitación. Saludos. Jordi